La disciplina

Pensaba hoy en la necesidad de la disciplina interna y externa, y  en la desvalorización de su finalidad.

Por una parte cualquier sistema social requiere una organización consensuada y de carácter general, que permita una convivencia pacífica.

La disciplina implica el cumplimiento de las normas de actuación consideradas socialmente como correctas, contribuyendo al mantenimiento de la confianza generada en el otro, por el hecho de formar parte del mismo sistema social.

Por otra parte es innegable la vinculación entre la disciplina interna y personal, y el entendimiento de la necesidad de una disciplina relacional, ya que difícilmente puede respetar las reglas y detentar un comportamiento correcto en sus relaciones quien no tiene disciplina interna.

Porque ésta es la capacidad para mantener la coherencia necesaria, y cumplir con las propias normas de actuación basadas en los valores personales.

Tener disciplina es ejercitar la voluntad, tener deberes, obligaciones y límites, y supone no buscar justificaciones a la laxitud, ni excusas para el incumplimiento, pero también es disfrutar de una convivencia basada en el respeto, la confianza, la seguridad en una resolución de conflictos consensuada, y el bien común.

Es poder establecer relaciones duraderas y ser miembro de cualquier grupo, es ser considerado y respetado por los demás.

Y es que quien hace siempre lo que quiere, no siempre hace lo que debe, y en muchos casos, lesiona a los demás... y a si mismo.

Feliz día.

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