La lealtad



Pensaba hoy en la lealtad, su importancia como valor personal, y lo esencial de su concurrencia en la construcción de cualquier vínculo duradero.

La lealtad implica cumplir los compromisos tácitos o expresos inherentes a una relación aunque las circunstancias se tornen adversas, supone cumplir las promesas y mantener las reglas del juego que se ha decidido libremente asumir.

Por ello por una parte se basa en la transparencia, la sinceridad, la responsabilidad, y el respeto. Y por otra, fundamenta a la confianza.

Y es precisamente el elemento de la traición el que caracteriza a la deslealtad, porque está incluye la infidelidad afectiva, pero además falta al respeto del otro más allá de como pareja.

Cuando existen mentiras, ocultamiento... es decir, un hacer creer al otro una situación que no coincide con la realidad, negando o aludiendo a una pretendida privacidad, cuando se pretende que la mano derecha no sepa lo que hace la izquierda, existe traición y deslealtad. 

Y eso va más allá de la infidelidad que sólo vulnera el vínculo afectivo, faltando al respeto del otro.

Por eso una traición no solo duele, sino que ofende y agravia, siendo en todo caso un camino que se recorre acompañado, ya que el que comete la ofensa, no solo traiciona a otro, sino que antetodo se desmerece a si mismo, porque el desleal lo es en todos los ámbitos de su vida.

De ahí que resulte esencial tomar conciencia de mantener aquellos vínculos basados en la honestidad y que permitan el autorespeto.


Feliz día

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