El orden de las prioridades

Pensaba hoy en como a medida que avanza el ciclo vital, cambian también las prioridades personales.

El proceso madurativo comporta una modificación de las estructuras psicológicas y del comportamiento, que se manifiesta, entre otros aspectos, en la clarificación de conceptos y en la alteración del orden de las prioridades.

Porque con independencia del momento en que acontezca, o de que en ella influyan las condiciones particulares de cada persona, la evolución siempre se produce.

Y cada etapa puede experimentarse como una pérdida de aquellas actividades, personas, recursos, pensamientos o ideas que se dejan atrás, o positivamente, explotando las nuevas posibilidades, e incluso, generando aquellas no viables con anterioridad, porque han requerido precisamente del paso del tiempo, para su desarrollo.

En todo caso el tránsito por la vida, eleva paulatinamente la importancia conferida a la salud, la familia, la necesidad de trascendencia, y a la verdadera amistad.

La necesidad de perpetuar de alguna forma la propia presencia en el mundo, es un factor cuyo valor se incrementa de forma progresiva, y que se materializa de forma biológica, técnica (transmitiendo conocimientos), o cultural (enseñando valores y formas de mejorar o interpretar la vida).

Pero existen  aspectos relevantes, como la  integridad con respecto a los valores y la forma de vivir, o la aplicación correcta en las relaciones personales de conceptos como el amor o la amistad, que no tendrían porqué condicionarse al transcurso del tiempo, sino que podrían cultivarse durante toda la trayectoria vital.

Por una parte porque actuar con coherencia ante distintas circunstancias y situaciones, permite obtener una visión global cohesionada de la existencia.

Y por otro, porque saber diferenciar entre amigos y conocidos, o entre el amor, el enamoramiento y el deseo, es la base para el establecimiento, de relaciones con mayor fundamento y trascendencia personal y temporal.

Y es que siendo estos dos sentimientos, aquellos a los que se va a ir otorgando un lugar prioritario, conviene diferenciar los vínculos basados en la confianza, la lealtad, el desinterés y la ayuda incondicional, de aquellos otros que se mantienen únicamente en los momentos de prosperidad, o en los que ni existe un interés en el crecimiento de la otra persona, ni una voluntad de proyección común.

Por eso mantener un actuación basada en un eje personal  libremente elegido, y no llevarse a confusión en el tipo de relaciones que se establecen, es una siembra que constituye una garantía para el futuro.

Feliz día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Contador de visitas