El victimismo


Pensaba hoy en el victimismo y como puede llegar a convertir el dolor en identidad personal.

Ante una situación objetiva de victimización tras un suceso o situación traumática sentir dolor es legítimo, inevitable, e incluso símbolo de salud mental, y la víctima requiere un apoyo, un afecto envolvente y una mayor atención y comprensión.

Pero dicha condición no es eterna, y pasado el tiempo, seguir en el papel de víctima se convierte en una opción.

Y es que no es lo mismo ser víctima que victimista, no es lo mismo un hecho que la actitud con la que éste se afronta.

Y si bien resulta más sencillo permanecer en un dolor reivindicativo exento de crítica propia o ajena, en una situación de inmunidad de los propios actos y pensamientos, que asumir la responsabilidad de la vida y de una felicidad, que además, se deja en manos de otras personas, el victimismo representa más problemas que beneficios, corriéndose el riego de identificarse con el dolor convirtiéndolo en la propia identidad.

Conviene ser conscientes de que la vida no es fácil ni está exenta de adversidades, pero que los obstáculos pueden formar parte del crecimiento personal si se afrontan con actitud activa, se toman decisiones, y se adquiere un posicionamiento positivo, de superación.

Porque no tener la capacidad de elegir los sucesos vitales no predetermina la forma de enfrentarse a ellos, siendo esta una opción personal.

Mantenerse en el victimismo sólo conduce a la perpetuación del problema, a convertirse en esclavo del dolor, mientras que tomar decisiones que conduzcan la propia vida hacia el lugar deseado, confiere libertad.

Feliz día.



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