Pre-ocuparse




Pensaba hoy en las palabras "Hakuna Matata", y en la diferencia entre preocuparse y ocuparse.

Ocuparse supone abordar la resolución de un problema o la ejecución de algún proyecto, implica controlar y dirigir las acciones, solucionar.

Preocuparse es, por su parte, una palabra compuesta de un prefijo “pre” indicativo de “antelación”, y la palabra “ocuparse”, y por tanto supone anticiparse al problema, ocuparse de él con antelación.

En este sentido, preocuparse por un problema concreto que esté aconteciendo, resulta positivo en la medida en que permite una previsión de lo que puede suceder, adelantarse a las posibles consecuencias, y afrontarlas, en su momento, con mayor preparación.

Ahora bien, la mayoría de las preocupaciones no se basan en hechos reales, sino que son suposiciones, fruto de la capacidad mental de invención y elucubración, sobre hechos futuros e inciertos; o planteamientos sobre decisiones pasadas; o pensamientos sobre críticas recibidas, o sobre temas laborales o de salud, que aún no se han manifestado.

Porque para muchas personas, la preocupación es un hábito generador de angustia, ya que mantiene la mente continuamente alerta, en el estudio de un sinfín de posibilidades de dudosa materialización.

Esto responde a la necesidad de convertir el futuro en algo predecible, a una insana y estéril necesidad de control, de forma que se utiliza la preocupación, como medio para la elaboración de estrategias para afrontarlo.

Pero no hay que perder de vista, que preocuparse no altera lo que vaya a suceder en el futuro, ni la forma en que vaya a tener lugar, y por tanto, conviene fomentar la capacidad de discriminar, que preocupaciones justifican la inversión de tiempo y energía, y cuales son absolutamente infructuosas.

Hay que aprender a limitar la pre-ocupación y fomentar la ocupación, la resolución de los problemas reales, ya que focalizarse en la pre-ocupación, no sólo no es síntoma de responsabilidad, sino que impide avanzar.

Porque carece de sentido pre-ocuparse de lo que se desconoce si ocurrirá, siendo preferible en estos casos, postergar el análisis de las situaciones para cuando tengan lugar, es decir, para el momento en que haya que “ocuparse” de ellas.

Y es que preocuparse no cambia la realidad, mientras que ocuparse sí.

Feliz día.

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