Ser y parecer

Pensaba hoy en la frase “la mujer del César no sólo tiene que ser honesta, sino que tiene que parecerlo”.

Su origen se encuentra en la obra de Plutarco “Vidas paralelas”, en la que narra el enamoramiento de Publio Clodio Pulcro por Pompeya, la mujer de Julio César, y las consecuencias que éste tuvo.

En una ocasión en que se celebraba una fiesta, a la que solamente podían asistir mujeres, Publio Clodio Pulcro asistió disfrazado de músico. 

Fue descubierto y condenado, quedando evidenciado públicamente, el amor que sentía por Pompeya.

Ante esos hechos, Julio Cesar, a pesar de ser conocedor de la fidelidad de su esposa, censuró a Pompeya, alegando que para evitar ser objeto de sospechas, no bastaba con ser honesta, sino que había también que parecerlo.

Y es que la coherencia en la identidad, implica que el actuar (parecer), sea acorde con el pensar y el sentir (ser).

Por eso “ser” o “parecer” no es una elección, porque no se trata de fingir ni de representar un papel, sino de conformar una unidad.

Porque simplemente parecer, no basta. Y solamente ser, también resulta insuficiente.

Aparentar una personalidad distinta, bien sea por imitación ajena; por sensación de inferioridad o rechazo; o simplemente por el deseo de ser diferente, no deja de constituir un engaño, en el mejor de los casos, dirigido sólo a los demás.

En estos casos resulta mejor, en unas ocasiones, aceptar la propia singularidad, y en otras, luchar por ser aquello que se quiere parecer.

Por otra parte ser, pero no corroborarlo con las actitudes que se adopten, tampoco confiere una sólida base para la credibilidad.

E incluso es posible que, ante determinadas circunstancias, sea necesario reforzar esas apariencias, demostrando lo que se es con más intensidad, en aras de la consolidación de la confianza.

De ahí que tenga tanta importancia la esencia, como la forma en que esta se muestra, y que resulte esencial la coincidencia de la imagen con el reflejo del espejo.

Feliz día.


2 comentarios:

  1. No es del todo correcto el relato sobre Publio Clodio Pulcro. Era un Patricio juerguista, polémico y bromista y aunque no es seguro, parece que como una más de sus bromas, harto conocidas en su época, se disfrazó de mujer, no de músico, para colarse en la casa de Cayo Julio César, donde se estaba celebrando los ritos de la Bona Sea, festividad a la que sólo podían asistir mujeres. Maquillado y disfrazado, consiguió entrar en la domus donde Aurelia, madre de César y Pompeya, su esposa celebraban el ritual. Fue desenmascarado, aquello supuso un gran escándalo en Roma y César que quería deshacerse de su esposa a la que no amaba, aprovechó la ocasión para divorciarse. No consta ni que Clodio estuviera enamorado de Pompeya, ni mucho menos que fueran amantes. Todo lo contrario, se afirma que Pompeya era fiel a César pese a que éste era un mujeriego.

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  2. Muchísimas gracias por tu aportación!. Se agradecen siempre.

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