Pensaba hoy que es curioso el modo
habitual de actuar en el que las personas se resisten a aprender a convivir con ellas mismas, a aceptarse con sus limitaciones, a practicar el amor a los
demás, y sobretodo el amor a uno mismo.
Eso requiere previamente invertir tiempo en
encontrarse, guste o no lo que se descubra, requiere cuestionarse y
sobretodo perdonarse.
Y para ello hay que quedarse a solas.
Evitarse es una equivocación.
No tiene sentido tratar de huir de uno mismo. Quedarse
a solas es un ejercicio de amor propio, es algo que debiera ser inaplazable.
El temor a la soledad necesaria, provoca
muchas veces relaciones de dependencia, en las que la persona delega en otro la
facultad de verla y valorarla.
Esto genera de una parte, la necesidad
continua de un espejo en el que mirarse y que devuelva una imagen de
quienes se es.
Y lo que es peor, asumir como propia una imagen reflejada en un
espejo ajeno, y puede que distorsionado.
En ambos casos se está colocando el autoconcepto en manos de otro, dejando la autoestima a criterio ajeno, y
renunciando a la libertad, la autonomía, la independencia y por ende a la
felicidad.
Feliz día.
Enserio cada vez que leo tus textos me encantan mas
ResponderEliminarMuchas gracias, eso me anima a seguir!.
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