Confiar en los recursos

Pensaba hoy en que es decisión personal focalizarse en el dolor o el sufrimiento, en vez de en el fruto que sale de él.

Y es que el dolor no es más que un campo, regado con unas lágrimas, del que saldrán después unos frutos. 

Centrarse en uno u otro aspecto es cuestión de actitud.

El dolor permite descubrir los recursos, y por eso, en vez de temerle, sería mejor afrontarlo, confiando en que se dispone de la fortaleza suficiente para transformar el sufrimiento, y considerarlo una ocasión para la introspección, para identificar cual es la lección que la vida pretende enseñar.

Una vez obtenido el primer resultado, se pierde el miedo al dolor, porque se es conocedor de que se dispone tanto del valor para afrontar la lucha, como de esas herramientas necesarias para ganar la batalla.

Cualquiera dispone de la fortaleza y de los recursos necesarios para afrontar el sufrimiento, y descubrirlo, es una de las bases de la autoconfianza.

Lo que ocurre es que afrontar el sufrimiento genera reticencia, tanto porque no es un sentimiento con el que resulte agradable convivir, como por el miedo a estar en la soledad necesaria para superarlo. 

Es por ello que se requiere mucho valor.

Precisamente en el hecho de que el camino a recorrer para enfrentar el miedo a sufrir se transita en soledad, radica el que no sea conveniente proteger a una persona dependiente, que se encuentra en una situación de dolor.

Porque probablemente, ésta dejará de luchar delegando la responsabilidad sobre su propia vida en este caso al "ayudador", y por tanto, no avanzará en el camino del crecimiento y de su auto-reconocimiento, no reconocerá sus recursos, y no recuperará esa confianza en si mismo que necesita.

Y paradójicamente se teme evitar un sufrimiento, en el que ya se está instaurado.

Porque en ocasiones, no afrontar los dolores puntuales, supone instaurarse en un sufrimiento constante, al que se está acostumbrado, que resulta menos incómodo, y que es fruto de creerse sin recursos, o sin fortaleza, es decir de la resignación y el conformismo.

Y ello resulta además infructuoso, porque nadie consigue la serenidad interior si continúa regando ese dolor, hasta hacerlo crónico.

Y porque, si así fuera, la vida se encargaría de repetir el hecho que lo ha generado, hasta que se decida afrontarlo.

Porque la vida, muchas veces, confía más en las personas, que ellas mismas.

Feliz día.

2 comentarios:

  1. Me parece emocionante lo que has escrito mely¡

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  2. Gracias!. Realmente es impresionante darte cuenta de que te causan un dolor momentaneo y tu mismo puedes convertirlo en un sufrimiento perpetuo por no aceptar. Descubrirlo es liberador.

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