Lo que resulta realmente trascendente no es la justificación de la pena, en cuanto sanción jurídica necesaria para mantener la convivencia, mediante su aplicación a quien viola la norma jurídica, sino su finalidad.
Y ello porque esta cuestión desborda los límites jurídicos .
Los fines de una pena no son meramente retributivos, sino que abarcan también la readaptación social del delincuente, y sobretodo la prevención general y especial.
La prevención especial se centra en el delincuente, y en la evitación de la reincidencia.
La función de prevención general de la pena por el contrario, es la advertencia o intimidación que se da a la sociedad para evitar la infracción de la ley, ese reavivar en la conciencia común el desvalor de la conducta realizada violadora de la norma, que ordena el respeto a cierta categorías de bienes, es decir, disuadir a la colectividad de la comisión de hechos delictivos.
Esta función de prevención general sólo tiene sentido si, en cada uno de los miembros de la comunidad existe, consciente o inconscientemente, esa posibilidad de actuar contraviniendo las normas jurídicas en mayor o menor medida, en uno u otro aspecto, o en alguna circunstancia en la que se encuentra justificación.
Lo cierto es que siguiendo la misma línea argumental, cuando molestan mucho ciertos defectos o comportamientos de los demás, es porque esos mismos defectos o comportamientos son propios, aunque estén retenidos o reprimidos subconscientemente.
Al recriminar y rechazar esos defectos en los demás, podría parecer que esas actitudes fueran lo más ajeno e impensable en uno mismo, cuando en realidad, son una manera de defensa psicológica ante lo que la persona no se permite a si misma.
Quizás siendo más sinceros y honestos podría admitirse, que las debilidades que disgustan, no son sólo defectos de los demás sino también propios, y de ahí la necesidad de la existencia de una función de prevención general en las penas.
De esta forma y sin dejar de ser justos y de desear la aplicación de la justicia, se manifestaría un menor regocijo y una actitud menos agresivas frente a la condena de los demás.
Feliz día.
...tienes razón, todos tenemos un lado bueno y .....otro.. Menos bueno
ResponderEliminarNunca está bien hacer leña del árbol caido porque eso dice más del leñador que del árbol...
ResponderEliminar