El egoísmo positivo



Pensaba hoy en los distintos tipos de egoísmo, y su relación con la autoestima.

El egoísmo está definido como el excesivo aprecio que tiene una persona por sí misma, y que le hace atender desmedidamente a su propio interés, sintiendo indiferencia o subestimando las necesidades ajenas, y sin tomar en consideración la repercusión que las palabras y actos ocasionan en los demás.

El egoísmo es fruto de una inadecuada maduración de la personalidad, que lleva a concebir la vida de forma dual: "o comes o te comen".

Y detrás de él existe una autoestima baja, necesitada del reconocimiento exterior para sentirse fuerte.

De ahí que el egoísta siempre residencie la culpa en el otro, y desee estar de forma permanente por encima de los demás, imponiendo su forma de pensar.

Ahora bien, cualquier persona tiene cierto grado de egoísmo, en la medida en que es necesario pensar en uno mismo, para sobrevivir física y emocionalmente.

Se trata del llamado "egoísmo positivo", que a diferencia del anterior, prioriza, pero ni desatiende, ni ignora, ni siente indiferencia ante los otros.

Desde esta posición todas las personas importan, pero se les quita el poder para dirigir, acaparar o interferir en la propia vida.

Es un egoísmo transigente, negociador, que conoce sus prioridades, pero no se niega a revisar sus convicciones.

Mediante este egoísmo consciente, se ejercita la autoestima, y se fortalece la confianza en uno mismo.

Porque la autoestima, se basa en la aceptación, la valoración y el respeto personal, manteniendo en las interacciones sociales, la identidad, sin ceder a la necesidad personal de aceptación y aprobación.

Y es que conviene no confundir el respetarse (autoestima), el hacerse respetar (egoísmo positivo), y el no respetar a los demás (egoísmo).

Feliz día.

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