La grandeza del perdón

Pensaba hoy en el rencor, ese sentimiento de hostilidad o enemistad arraigada y tenaz hacia una persona, motivado por una ofensa, daño o perjuicio sufridos, y que puede desembocar incluso en un deseo de venganza.

La psiconeuroinmunología ha demostrado, que el sistema inmune se resiente ante la emoción del rencor, porque el cerebro y el cuerpo humano promueven toxinas, que actúan sobre el organismo y afectan los sistemas cardiovascular, digestivo y nervioso.

Y es que el rencor incide sobre el bienestar físico, mental y espiritual del que lo sufre, mucho más que las ofensas recibidas, siendo decisión personal el seguir manteniendo el dolor, incluso aunque su causante haya olvidado ya el hecho.

Porque guardar rencor, no es más que guardar un dolor que contamina los pensamientos y las actitudes.

Un dolor innecesario, ya que no se requiere de su existencia, para que la ofensa no caiga en el olvido.

Puede perdonarse, y continuar manteniéndose el hecho motivador en el recuerdo, sin pensarlo continuamente, ni vincularlo a emociones negativas.

Perdonar es liberarse, dejar de ser prisionero de uno mismo, y dejar de ser víctima del causante de la ofensa.

Perdonar es acercar en lugar de alejar, es construir un puente sobre el que tarde o temprano se tendrá que pasar.

Perdonar no es renunciar a la justicia, sino ejercerla con objetividad, sin ira.

Es necesario entender que cada persona es diferente; que lo que para unos es un gran agravio para otros carece de importancia; que hay que ejercitar la empatía y ponerse en el lugar del otro; que juzgar no aporta nada positivo a las relaciones, porque siempre será un juicio parcial y subjetivo.

Es necesario comprender que el actuar humano comporta errores; que el diálogo esclarece y acerca posiciones; que el perdón puede enriquecer una relación mientras que el rechazo la mutila; que el perdón no puede cambiar el pasado pero sí el futuro.

Y sobretodo es necesario recordar que perdonar es símbolo de grandeza de corazón, porque nadie es perfecto, y todas las personas tienen algo que perdonar, y algo por lo que ser perdonadas.

Feliz día.

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