El miedo


Pensaba hoy en el miedo a lo desconocido, y a lo conocido.

El miedo es una emoción primaria, que aunque resulte desagradable, tiene una finalidad de protección, de alerta ante los peligros, para asegurar la supervivencia.

El miedo a lo desconocido es por tanto positivo, cuando existe un motivo real para sentirlo.

Por el contrario, si se trata de un miedo imaginario, sin fundamento,  basado en conjeturas, y estudios de probabilidades que lleven a configurar el peor escenario posible, o en anticipaciones subjetivas, la percepción del peligro es creada y no real, y por lo tanto, carente de sentido, al faltar la amenaza.

Asimismo el miedo a lo conocido, tampoco es realmente miedo, sino parálisis o huida ante una situación conocida, que se sabe que genera sufrimiento.

El todos los casos el mecanismo que desata el miedo se encuentra, tanto en personas como en animales, en el cerebro reptiliano, que se encarga de regular acciones esenciales para la supervivencia, como comer y respirar, y en el sistema límbico, encargado de regular las funciones de conservación del individuo y de la especie.

Y funciona de igual manera en presencia de una amenaza física, que ante una psicológica.

En cualquier caso la única forma de vencer el miedo es afrontándolo.

Es decir que ante una situación generadora de temor, hay que vencer el instinto de huida y encararse, actuar.

Porque de lo contrario se será siempre esclavo de esa situación, aún disponiendo de los recursos suficientes para dominarla.

E incluso una vez superada, resultará mucho más sencillo reproducir la experiencia vivida, ante otra situación que atemorice,  porque se habrá ganado en autoestima y confianza.

Y es que lo contrario, es permitir que sea el miedo, el que tome las propias decisiones y dirija la vida.

Feliz día.

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