La ley de la atracción


Pensaba hoy en que los sentimientos y emociones, son reacciones elegidas, opciones, y no determinaciones automáticas.

Las personas disponen del poder de modular sus pensamientos, de generarlos, e incluso de desterrarlos, en cuanto son seres pensantes dueños de dichos pensamientos.

Y entender eso es la clave para el funcionamiento de la ley de la atracción, según la cual todo lo que llega a la vida, es porque se ha atraído pensándolo.

Y es que un pensamiento atrae a pensamientos semejantes, es como la semilla de lo que se recoge, y de ahí que cambiándolo, puedan crearse, en términos generales, las circunstancias  vitales deseadas, y evitarse las que no.

Pero es que además, los pensamientos negativos generan sentimientos negativos, que a su vez, aumentan los pensamientos negativos, creándose un círculo vicioso de infelicidad.

Este hecho debería ser suficiente para, ante la detección de un pensamiento negativo, parar a analizar su veracidad objetivamente, y sustituirlo por otro positivo, al que aferrarse con pleno convencimiento.

Porque de esta forma, además de aumentar el propio bienestar, se estará en disposición de empezar a aplicar la ley de la atracción.

Para ello es necesario formular claramente lo que se desea.

A partir de ahí la actitud es fundamental, y hay que considerar que ya se dispone de lo deseado, siendo cuestión solamente, de que llegue el momento oportuno para su materialización.

Hay que pensar, hablar y actuar como si ya se dispusiera de eso, porque si los pensamientos continúan focalizados en la carencia, se seguirá atrayendo esa carencia.

Hay que tener la certeza absoluta de que se va a obtener lo deseado, y obrar en consecuencia, ya que lo contrario es emitir señales contradictorias: desear una cosa y actúar como si nunca fuera a conseguirla.

Y es que como dijo Einstein, el tiempo es una ilusión, todo acontece simultáneamente, todo lo que se desea en el futuro ya existe en el presente, solo hay un retraso en conocer y sentir lo que ya se tiene.

Se trata pues simplemente de tomar conciencia de que se es el responsable de los pensamientos, y de las reacciones y sentimientos ligadas a ellos.

Se trata de comprender que el pensamiento, es fruto de la libertad humana, y el mayor instrumento del que se dispone para crear la propia realidad.

Feliz día.

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