La adicción al amor



Pensaba hoy en que el amor es una adicción natural, tanto cuando genera felicidad como en el caso contrario, resultando tan adictivo como las drogas.

La antropóloga Hellen Fisher, realizó un estudio con grupos de cocainómanos y enamorados, y descubrió su similitud tanto en las bases neuronales como en los estados conductuales, es decir, que se generan sentimientos placenteros mientras dura la felicidad y, cuando esta desparece y se produce el abandono, surge el mismo síndrome de abstinencia.

El amor en su fase de enamoramiento, es un mezcla explosiva de hormonas que atenúa su efecto con el paso del tiempo a medida que se afianza la relación, al igual que pasa con el consumo de drogas en el que llega la tolerancia.

Hay por lo menos cuatro neurotransmisores, que modulan la capacidad de sentir recompensa o motivación al estar con alguien, o al consumir una droga: la oxitocina, la vasopresina, la dopamina y los opioides.

La oxitocina y la vasopresina, activan áreas similares del cerebro ante un vínculo de pareja y ante el consumo de drogas. 

De ahí que investigadores como el doctor Jaak Panksepp, entre otros, han demostrado que el contacto social positivo, y los vínculos afectivos pueden disminuir la necesidad de la persona por consumir una droga adictiva.

Por su parte el contacto social, el sexo y el juego, aumentan la cantidad de opioides responsables de la euforia o el placer. 

Estos opiodes liberan a las neuronas dopamionérgicas, mediadoras de los deseos por conseguir la droga o mantener el enamoramiento.

Cuando toda esta cascada química desciende, los receptores neuronales ya se han acostumbrado a ese exceso de flujo químico, y el enamorado (o consumidor), necesita aumentar la dosis para seguir sintiendo lo mismo, lo que es interpretado erróneamente como una pérdida de amor.

Por eso cuando las etapas de enamoramiento y desilusión se concatenan ininterrumpidamente, existe un indicio de una adicción al amor, ya que la persona no puede prescindir del efecto placebo del enamoramiento, impidiendo la consolidación de cualquier relación estable con la consiguiente insatisfacción vital.

Como ante cualquier adicción, es necesario tomar conciencia del problema, y de los síntomas que se experimentan.

Hay que saber distinguir el amor del enamoramiento, y aprender a manejar el comportamiento a pesar de las señales neuroquímicas confusas, que pretenden mantener el máximo de neuroquímicos de la felicidad.

Feliz día.

1 comentario:

  1. De los efectos del enamoramiento nadie está exento, aunque estos pueden controlarse por miedo al sufrimiento o por vulnerabilidad.
    Con el duelo o abstinencia ocurre lo mismo.

    En todo caso lo verdaderamente relevante es ser consciente de la química del enamoramiento y de su adicción, porque esto eminina la coartada del determinismo genético y permite ser responsable de la propia vida y continuar las relaciones cuando esa química desciende, sin considerar que con ella se fue el amor, porque este es algo mucho más transcendente.

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