Escuchar al corazón


Pensaba hoy que la consideración de las emociones, lejos de ser un obstáculo, resulta imprescindible para una toma de decisiones acertadas.

Y en como, antes de tomar una decisión, debemos aprender también a escuchar al corazón, a tener en cuenta las intuiciones y a utilizarlas junto con la racionalidad.

Se trata por tanto de armonizar la cabeza y el corazón, porque la separación entre mente y cuerpo genera tensión interior, conflictos internos y bloqueos emocionales.

Cuando es la mente la que domina, se vive en un universo de pensamientos, análisis de probabilidades, preocupaciones, inquietud e insatisfacción, porque la mente demanda continuamente, es impaciente, perfeccionista y exigente, quiere tener la razón y saber que es lo correcto, se mueve entre extremos e ignora todo lo que no se puede predecir o controlar.

Por el contrario lo que se siente en el corazón son los mensajes que este nos envía y que tienen en cuenta los propios principios y valores internos, porque en el corazón se conectan cuerpo y alma.

Y por eso para poder escucharlo no hay que partir ni de la respuesta que se desea escuchar, y que responderá a las necesidades del ego, ni a la que se puede obtener como resultado del razonamiento.

Se trata de sentir la voluntad del corazón. Si éste está en paz, entonces la decisión tomada o a adoptar es correcta y no vulnerará la serenidad ni el bienestar. Si por el contrario se siente inquietud, confusión o malestar, ello es indicativo de que la decisión cuestionada no es adecuada para la vida y se está contradiciendo alguno de los principios personales.

Y por eso hay que perder el miedo, porque cuanto menos miedo tiene una persona, más usa el corazón y más le gustan los desafíos porque sabe que arriesgarse permite crecer y que del fracaso surge la evolución.

Y ello porque la mente está llena de pasado mientras que el corazón es futuro, está lleno de esperanza, por eso la mente se deja llevar por lo conocido y el corazón por lo que desconoce, por las oportunidades. La mente además está llena de condicionamientos sociales y culturales variables (siendo por ello manipulable), mientras que el corazón es auténtico y más confiable.

Pero sobretodo porque si somos afortunados, oiremos, en forma de malestar, el grito del corazón cansado de estar en silencio. Y solamente escuchándolo podremos recobrar aquella paz derivada del sentir que se está en el camino correcto, en aquel que concuerda con los valores personales que constituyen la esencia de cada uno. Y saber eso es privilegio del corazón.

Por ello hay que aprender a escuchar al corazón sin dejar de lado a la racionalidad, porque el corazón indica el camino a seguir, y la cabeza te muestra la manera más eficiente de recorrerlo.

Feliz día.

6 comentarios:

  1. Muy bueno lo de que la mente ve el pasado, y actua de acuerdo a las experiencias vividas.
    Yo, también lo creo,
    Es por eso que, de jóvenes, y no tan jóvenes, al enamorarnos, tomamos decisiones basadas en el corazón (lo que vendrá, lo que queremos, lo que imaginamos), y no en la cabeza, (lo vivido, la experiencia, etc). A veces, porque no tenemos experiencias vividas, y otras veces porque queremos cambiar nuestra vida.
    Una mezcla de ambas cosas, corazón y cabeza, seguramente es llegar al equilibrio.
    Saludos

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  2. En cualquier caso, de joven o de adulto, el corazón siempre habla y hay que aprender a escucharlo, porque estamos educados en el culto a la razón, y obviar al corazón es obviar a la vida. Por otra parte el corazón es arriesgado y la mente conservadora, pero eso no implica que el corazón te diga siempre adelante. A veces la mente puede decirte inténtalo y el corazón ...

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  3. Josep González2/12/14, 23:00

    Bien Mely, una nueva entrega de estos diálogos con el alma.
    Yo creo que al corazón hay que escucharlo siempre.... de hecho, es la mente la que lo escucha.... dejándole actuar, siempre que vea la oportunidad de salir airosa..... si no es así, infundirá los suficientes miedos, como para no dejar a la persona, actuar al corazón.
    Un abrazo

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  4. me gusta,
    Eduardo gonzalez

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  5. Sí, decidir escuchar al corazón es subordinar al ego,pero nosotrosno somos la mente y podemos decidir escuchar al corazón a pesar de lo que diga la mente. Yo apuesto por invertir el orden y en vez de que la mente pida opinión al corazón, que sea este el que le indica a la mente el camino, porque así es seguro que residiremos en la paz que sólo se encuentra en el actuar conforme a uno mismo. Un saludo jinete.

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