Ladran, luego cabalgamos


Pensaba hoy en el cuento de la rana sorda.

Dice así: "un grupo de ranas viajaba por el bosque cuando de repente dos de ellas cayeron en un hoyo muy profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo y cuando vieron lo hondo que era, les dijeron a las dos ranas que no trataran de salir porque era imposible. Las ranas no hicieron caso de los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas.

Las otras ranas seguían mirando hacia el fondo del agujero, insistiendo y gritándoles desde el borde que sus esfuerzos serían inútiles. Finalmente una de las ranas creyó lo que las demás decían y se rindió, mientras que la otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible. Una vez más la multitud de ranas le gritaba que dejara de sufrir y se dispusiera a morir en el hoyo, pero la rana saltó cada vez con más fuerza hasta que finalmente consiguió salir.

Cuando salió, las demás ranas le preguntaron: ¿no escuchaste como te decíamos que no podías salir del hoyo?. La rana les explicó que era sorda y que por los gestos creía que la estaban animando para que se esforzara más".

Esta historia contiene dos lecciones: la primera, que una palabra de aliento refuerza la motivación. Y la segunda, que todos mensajes que recibimos pueden ser convertidos en positivos si se emplea la actitud correcta, bien sea desoyendo ( es decir, haciéndose el sordo), o aplicando la frase " ladran, luego cabalgamos".

Porque cuando ante un mal momento o un momentáneo contratiempo en la tarea emprendida, se oyen ladridos de los demás (de euforia, complacencia, regocijo etc.), es señal de que se está cabalgando.

Y con toda seguridad se cabalga hacia un lugar al que nunca podrán llegar solos los que ladran, porque  éstos  necesitan a los que cabalgan para seguirlos con sus ladridos. 

Porque la estridencia de los ladridos, aunque se produzca en un momento de desaliento, sólo demuestra que se está cabalgando en la dirección correcta, y por ello, pueden transformarse en la mejor motivación. 

Porque no hay nada que alimente tanto a un ego pobre como poder ladran a quien cabalga.

Feliz día.

2 comentarios:

  1. Josep González1/12/14, 23:38

    Ladran, Si, aquellos que pretenden llamar la atención de sus "necedades", para desviar sus problemas motivacionales en una dirección de complacencia hacia un mal idolatrado ego.
    Se puede motivar al que cabalga, (sinónimo del que hace algo, un gesto, una acción)..... pero si le ladras, estas demostrando la incapacidad persona, ante la situación.
    Un saludo

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  2. El que ladra alienta doblemente sí, porque evidencia que se cabalga y que ladra porque no sabe cabalgar. Buen jinete tu.

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