Excusatio non petita, accusatio manifesta

Pensaba hoy en la locución latina “Excusatio non petita, accusatio manifesta”, la traducción literal de la cual es “excusa no pedida, acusación manifiesta”.

Significa que todo aquel que se disculpa de una falta, previamente a ser requerido para ello, se está señalando como su autor.

Y del mismo modo ocurre con quien da demasiadas explicaciones, o emite aquellas que no le han sido pedidas.

No se trata de esas personas que necesitan dar explicaciones continuamente, por una falta de seguridad en sí mismas, de forma que para ellos, compartir el porqué de su actuación produce un efecto de convalidación de la misma.

Sino de aquellas otras, seguras de si mismas, que ante algunas situaciones sienten culpabilidad por haber hecho algo indebido, lo que les produce temor y proceder a dar unas explicaciones muy completas y elaboradas que no les han sido pedidas. 

Ello es consecuencia de que el miedo a ser descubiertas, provoca una traición del subconsciente que genera la creencia de que inventando excusas y explicaciones, podrán ocultar los hechos o su responsabilidad.

No obstante se obtiene el efecto contrario, el de delatarse, porque la verdad es siempre una línea recta y sin obstáculos, no necesita ser adornada.

La sinceridad es una condición muy ligada a la moral de las personas, y que se aprende ya desde el seno familiar, de manera que es posible que se viva en una situación de justificación de las mentiras, de inmoralidad, al estar rodeado de un entorno que ha dotado de legitimidad a esas conductas.

No obstante cada persona puede decidir como debe comportarse, si profesionalizándose en decir mentiras, y en engañar, o por el contrario, no permitir que ninguna situación altere la propia honestidad, manteniendo la sinceridad y reconociendo los errores sin ocultarlos.

Y en todo caso es importante y necesario ser coherente con los propios comportamientos, ya que dicen mucho de uno mismo.

Feliz día.

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