Recuerda quien eres

Pensaba hoy en una escena de la película de Dysney, “El rey león”.

Simba, el hijo del Rey León, huye de su manada al ser convencido por su tío Scar de haber sido el culpable de la muerte de su padre, asesinado realmente por el propio Scar para llegar a ser el rey. El reinado de Scar convierte en un lugar inhóspito al reino, y Simba se plantea si volver y luchar por ocupar el puesto que le corresponde como hijo del legítimo rey, o continuar escondido víctima del miedo y de la culpabilidad.

En dicha escena, Simba se acerca a un lago y ve su imagen reflejada en el. Una imagen igual a la de su padre, que lo conmueve y le lleva a escuchar como éste le dice:“Simba ¿me has olvidado?... Olvidaste quién eres y así me olvidaste a mí…, mira en tu interior Simba, eres más de lo que eres ahora, toma tu lugar en el ciclo de la vida…”, “recuerda quién eres, tú eres mi hijo, el Rey verdadero. Recuerda quién eres, recuérdalo…”. Simba recobra el valor necesario y libera al reino del malvado Scar.

Al igual que Simba, toda persona debe recordar quien es, cual es su identidad, pues es la que indica la dirección, el propósito y el significado de la propia vida.

Y para eso es fundamental conocer aquellos valores (la fortaleza, la lealtad, la justicia, el optimismo, el respeto...), que conforman dicha identidad y que se adquieren tanto en el núcleo familiar, como en el ámbito escolar y social, siendo en todo caso una responsabilidad propia aceptar o rechazar cada uno de ellos.

Cuando la persona sabe quien es, encuentra siempre la fuerza interior necesaria para dirigir su rumbo conforme al propio propósito vital.

Y en este sentido es importante no adoptar decisiones en función de factores externos, dejando que sean las circunstancias las que determinen la propia actitud, sino que el efecto debe ser el contrario, que sea la propia actitud la que determine el desarrollo de la situación.

Y por lo mismo tampoco debe otorgarse a otra persona la facultad de definir la propia identidad, ni modificarse ésta para lograr la aceptación ajena o justificar determinadas actuaciones.

Es el caso de actuar en forma no acorde con uno mismo y justificar la actuación menos valorando o variando aquellos principios o valores contradichos por nuestro comportamiento.

En todos estos supuestos se producirá un sentimiento de disonancia interior pudiendo llegar a perderse el propio eje.

Por eso y como en el caso de Simba, cada persona es la creadora de su mundo, de su realidad.

Feliz día.

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo, diría que es casi imposible no estarlo. Uno tiene que ser siempre fiel a sí mismo. Puedes enfrentarte contra algo exterior pero no puedes - no deberías - ir contra el núcleo interno que alberga los valores con los que has configurado tu personalidad.

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  2. Y además el propio eje es aquel punto de apoyo al que agarrarse en las adversidades en el reside nuestra fortaleza.

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