El enojo en positivo


Pensaba hoy en Drazen Petrovic, uno de los mejores jugadores de baloncesto.

En un partido falló dos tiros decisivos y su equipo perdió. Se enfadó y en plena noche, pidió las llaves del pabellón y se puso a lanzar triples hasta la madrugada. 

Lo que hacía que este jugador fuera el mejor era precisamente su gestión del enfado. 

Se enfadaba no con el público, ni con la suerte, ni con el árbitro sino consigo mismo, y trabajaba para mejorar.

Y es que hay que poder comprender las emociones para poder enfocarlas y utilizarlas de forma positiva, como instrumento para el autoconocimiento.

Cada enojo tiene como origen o un miedo concreto y personal, o bien está relacionado con las expectativas y el nivel de tolerancia a la frustración, y por ello permite detectar los puntos a mejorar a través del análisis de las situaciones en que se produce.

Reflexionar sobre las verdaderas causas del enojo, mediante el enfado con uno mismo, en lugar de culpar de éste a una situación o a una tercera persona, permite el cambio de conceptos, actitudes y pensamientos, llegando a evitar futuros enfados.

Por otra parte el enfado daña tanto si no se exterioriza, como si se dirige hacia un tercero, porque en ambos casos, se trata de una emoción que genera una reacción que incide directamente en el estado físico y mental.

Por ello y ante una situación susceptible de motivar un enfado, resulta positivo detectar la verdadera causa, preguntarse si se ha sido todo lo diligente posible para evitar esa situación, si nunca se ha tenido el comportamiento que se recrimina, y cuestionarse cómo actuar frente a ese enfado.

Porque esta reflexión permite plantear una alternativa al enfado: o bien expresar el malestar de forma conciliadora, o bien dirigirlo contra uno mismo por haber formado parte de esa situación, y poner los medios para que no vuelva a producirse.

Este tratamiento del enojo permite el crecimiento personal, y convertir las situaciones negativas de hoy en los éxitos de mañana.

Feliz día.

2 comentarios:

  1. Es una amarga experiencia más&menos equivocarse,pero si la sabes canalizar bien es un regalo de la vida.

    ResponderEliminar
  2. Sí Arnaldo, equivocarse es normal y enfadarse también, la gestión de ambas cosas es lo importante.

    ResponderEliminar

Contador de visitas