La lógica difusa


Pensaba hoy en la llamada lógica difusa o borrosa, y en como el concepto induce a confusión, puesto que lo borroso no es la lógica, sino los conceptos con los que opera.

La lógica difusa se basa en la regla: si X (antecedente) entonces Y (consecuencia), donde el antecedente y el consecuente son conceptos difusos, frío, pronto, velocidad..., que operan con variables difusas, mucho, poco, bastante....

Así por ejemplo: si hace mucho frío, entonces hay que aumentar un poco la temperatura.

La interacción realidad-tecnología, y el hecho de que la mayoría de las situaciones de la realidad son difusas, requiere del empleo de éste tipo de lógica, que permite a los programas informáticos interpretar conceptos difusos.

Está lógica se aplica ya en lavadoras, que  moderan el programa de lavado si la ropa "no está muy sucia", o en los sistemas de frenado de los coches, en el control de los ascensores en edificios públicos, en los filtros de spam...

Y es que se trata de ir más allá de la lógica binaria, de operar con palabras en lugar de con números, de partir del axioma de que las cosas no son verdad o mentira, y de aceptar valores intermedios.

De esta forma, un termostato difuso sopesaría el grado de verdad de la opinión sobre la temperatura que tuvieran las personas de la habitación, para decidir si aumentarla.

Y lo más curioso es que las reglas de un sistema difuso pueden ser formuladas por expertos, o bien aprendidas por la máquina por su propia experiencia, haciendo uso, en este caso, de redes neuronales inspiradas en la biología humana.

Estas redes están compuestas de neuronas que reciben varios inputs y los combinan, para emitir un solo output, modificando sus conexiones en función de la experiencia, como las neuronas de verdad.

La lógica difusa se aplica también a la interrelación social: a los sistemas de pertenencia, a los procesos relacionados con los valores, a la toma de decisiones, etc.

En estos y otros casos si en lugar de aplicarse una lógica rígida, bipolar y categórica, se utiliza una lógica difusa, flexible y multivalor, se facilita la adaptación, el cambio gradual, o la adopción de nuevas ideas...

Porque ante una situación de negociación o de duda personal, no es lo mismo mantener posicionamientos binarios, o blanco o negro, que interpretar de forma amplia los conceptos, reconociendo la amplia gama de grises.

Y es que la lógica difusa es, paradójicamente, la más clara y conciliadora de las lógicas.

Feliz día.

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