El secreto


Pensaba hoy en la importancia de creer en uno mismo, y en cómo éste hecho constituye la base sobre la que se construye la vida.

Sin embargo cuando ésta no responde a las propias expectativas, se buscan los motivos en el exterior, modificando las actuaciones para evitar las consecuencias de éstas, en lugar de mirar hacia dentro para variar las causas que las originan.

A modo de ejemplo sería como cambiarse constantemente de zapatos al encontrarse incómodo al andar, en lugar de mirar si existe algún problema en el pie.

La falta de confianza en uno mismo afecta a las emociones y es multidimensional, es decir, repercute en todas los aspectos de la vida, ya que al determinar la forma de actuar, destruye las oportunidades, impide el reconocimiento del potencial, socava las esperanzas, y termina con la ilusión.

Y esa falta de confianza, no es más que miedo (al fracaso, a lo desconocido...), enmascarada de preocupación, razonamiento interesado, etc..

Esta inseguridad es debida a las influencias familiares, a las propias experiencias consistentes en fracasos, y a las creencias limitantes sobre las posibilidades de que se dispone.

Sin embargo esto no es excusa, ya que el pasado es inmutable pero las creencias pueden cuestionarse, reinterpretarse e incluso crearse o elegirse nuevas desde un posicionamiento de responsabilidad hacia uno mismo.

Y resulta paradójico como es más cómodo instaurarse en la resignación, el conformismo, la queja, el victimismo, la frustración, la inactividad..., culpando al azar o a terceros de lo que acontece, en lugar de adoptar una posición activa.

Porque confiar en uno mismo es simplemente una cuestión de iniciativa personal, determinación y resiliencia.

Y es que no hay secreto, la respuesta al porqué la vida de cada uno es como es, se encuentra en el interior y todo lo que se requiere para creer en uno mismo y cambiarla reside también ahí, en descubrir que se dispone de todo lo que se necesita.

La confianza en uno mismo no puede perderse por las opiniones ajenas, ni puede tampoco obtenerse a través de la valoración que hagan los demás de uno mismo. 

Y es que si una persona no cree que pueda nadar, se ahogará al caer en el agua, por mucho que los de su alrededor le griten que puede conseguir salir y que mueva los brazos.

Por eso hay que focalizarse en las habilidades de que se dispone, centrar la energía en las fortalezas y capacidades, abandonar los pensamientos negativos sobre uno mismo, fijarse metas y no desfallecer en su consecución.

Hay que darse cuenta de que sólo existen aquellos límites que uno mentalmente se impone, hay que perder el miedo al cambio, y desapegarse de aquello conocido que no satisface.

Simplemente hay que adoptar la decisión de mirarse a uno mismo con otros ojos, con mentalidad ganadora, tomando el control con contundencia, y empezar con pequeños retos asumibles que permitan el avance.

Porque como dijo Henry Ford, "tanto si piensas que puedes, como si piensas que no puedes, estás en lo cierto”.

Feliz día.

3 comentarios:

  1. te lo agradesco . muy lindo

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  2. Todo muy claro . Lo entendí a la perfección . No sólo este todos están hermosos . De verdad te felicito eres muy buena en lo q haces . Sigue así .

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