Las tres ollas




Pensaba hoy en la adversidad, y en la fábula de las tres ollas, que refleja distintas formas de entenderla y afrontarla.

En ella se cuenta como una hija, se  quejaba a su padre de las adversidades que le ocurrían en la vida, y de lo cansada que estaba de luchar.

El padre la llevó a la cocina, llenó tres ollas con agua y las situó sobre el fuego.

Cuando el agua estaba hirviendo colocó zanahorias en una, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café.

A los veinte minutos el padre apagó el fuego y tras retirar lo que había metido en las ollas, explicó a la hija: "tras pasar por la misma prueba, el agua hirviendo, las tres cosas han reaccionado de manera diferente: las zanahorias parecían fuertes y salieron blandas, los huevos entraron blandos y salieron con el interior endurecido habiendo cambiado a peor, y los granos de café, no sólo no han variado su naturaleza, sino que han teñido el agua".

Y es que una misma situación puede afrontarse de distinta manera, según la personalidad y la actitud de cada uno.

Hay personas, que ante una adversidad se deprimen, otras que sienten ansiedad, otras que reaccionan enfadándose y no asumiendo la responsabilidad, otras sintiendo un miedo que las paraliza dejándolas ancladas en la preocupación sin tomar decisiones, otras con la desesperanza aprendida, otras que se instalan en el victimismo, y otras que, como los granos de café, demuestran su verdadera fortaleza al actuar para que las cosas que los rodean mejoren.

Porque las adversidades son esos obstáculos que pone la vida, para superar las asignaturas pendientes necesarias para adquirir el conocimiento que se requiere para evolucionar.

Y por eso conviene analizar la situación y focalizarse en lo positivo, aceptando que la adversidad forma parte de la vida, identificando las alternativas de actuación de que se dispone, asumiendo el error como una oportunidad de aprendizaje, y creyendo en uno mismo, en la capacidad para la superación de la prueba y en que se saldrá de ella más fortalecido.

Porque cada adversidad acerca más a la propia fortaleza, permite desarrollar habilidades, y si se sabe captar el mensaje que encierra, se convierte además en una oportunidad de crecimiento personal.

Feliz día.

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