La paja en el ojo ajeno


Pensaba hoy en el refrán que dice “se ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”.

Y es que resulta mucho más sencillo juzgar a los demás, que enjuiciarse a uno mismo, ya que esto permite permanecer en la zona de confort, ignorando los propios defectos y maximizando los ajenos.

Cuando algún comportamiento o actitud, no se ajusta a las propias expectativas o concepción de cómo deben ser las cosas, surge de inmediato el juicio de valor peyorativo, porque el acto de juzgar no es más que el resultado de comparar lo que sucede, con lo que se supone que debería suceder, con la particular forma de ver la realidad.

La actitud de juzgar es muestra de la irracionalidad del ser humano, y de su propensión a la comisión de errores cognitivos, al utilizar la mayoría del tiempo un pensamiento rápido, superficial e intuitivo basado en la ignorancia, y en el desconocimiento real de las necesidades y motivaciones de las personas juzgadas.

Existe al mismo tiempo una tendencia a sobreestimar los propios juicios, tanto por la mayor facilidad para imaginar los motivos para el acierto que los motivos para la equivocación, como por la facilidad para la búsqueda de la información necesaria para obtener la confirmación de los mismos, en lugar de aquella que ponga en evidencia el error.

La emisión constante de juicios es indicativa, en muchos casos, de una baja autoestima, que lleva a colocarse en una aparente posición de superioridad, que enmascara la inferioridad o envidia que se siente, y de una falta de aceptación de uno mismo, lo que conlleva la lógica falta de aceptación de los demás.

Muestra también la falta de conocimiento de uno mismo, tarea que requiere la honestidad, humildad y valentía necesarias para ser consciente de los propios errores y limitaciones, y facilita una visión de los demás dotada de mayor empatía y comprensión.

Y finalmente pone de relieve, la diferencia crucial entre cómo se evalúa a los demás y la auto evaluación.

Porque lo cierto es que centrarse en el propio análisis en lugar de en el análisis ajeno, supone asumir la responsabilidad de reconocer errores, pero es también la vía para obtener una mayor flexibilidad mental, aprender y mejorar las relaciones sociales sobre una base de entendimiento.

Feliz día.

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